sábado, diciembre 02, 2006

aqui y ahora

justo en el instante donde tu mirada se detiene, se congela y me regalas tu mirada detenida, YO SOLO PUEDO AMARTE MAS. Con esos ojos! Con esas manos! Es increible TANTO vicio entre los dos. Somos adictos. Cada vez mas. El vicio de ti, tu vicio de mi, maquillado de trabajo... Mi Penélope interna. Es bueno tenerte de vuelta. Con toda la musedad de ser Euterpe.

martes, noviembre 07, 2006

En el claro de la luna
donde quiero ir a jugar,duerme la reina fortuna
que tendrá que madrugar.
Mi guardiana de la suerte, sueña cercada de flor que me salvas de la muerte
con fortuna en el amor.
—Sueña, talismán querido, sueña mi abeja y su edad;
sueña y si lo he merecido,
sueña mi felicidad.
—Sueña caballos cerreros, suéñame el viento del sur,
sueña un tiempo de aguaceros en el valle de la luz.
Sueña lo que hago y no digo sueña en plana libertad
sueña que hay días en que vivo
sueña lo que hay que callar.
—Entre las luces más bellas duerme intranquilo mi amor
porque en su sueño de estrellas mi paso en tierra es dolor.Más si yo pudiera hacerle miel de abeja en vez de sal a que tentarle la suerte que valiera su soñar.
—Suéñame pues cataclismo
sueña golpe largo y sed
sueña todos los abismos que de otra vida no sé.
—Sueña lo que hago y no digo sueña en plana libertad sueña que hay días en que vivo sueña lo que hay que callar. —Sueña la talla del día
del día del que fui y del que soy
que el de mañana, alma mía,lo tengo soñado hoy. Con toda la musedad de ser Euterpe.

martes, octubre 24, 2006

TrOpicO de CapriCOrniO

.... camino de una gota por mi cuerpo, gota que despega iracunda en la comisura de mis labios y trasciende inquieta al barranco de mi barbilla para caer rendida al cañon entre mis senos.
- Cúal es la distancia entre mis montes?
- Cuántos besos hay entre el par de espirales dorados?
Besos que brotan de tu boca,
dime...
qué sería de mi piel sin tu boca?
De tus besos que caminan como hormiguitas, que se desdoblan como esporas, que se incrustan instantanéos como el látigo a la carne. Gota tierna de almíbar, despacio despacito paso a pasito, caminas el caminito hacía el lugar infinito... Caes, con descuido caes, estancandote en mi ombligo. Luchas haciéndote amiga de la gravedad para llegar al sur. Allá, donde dicen los dioses se encuentra la vida eterna. Allá, en mi Trópico de Capricornio.
Con toda la musedad de ser Euterpe.

lunes, octubre 23, 2006

Sueño con serpientes. con serpientes sueño. Con toda la musedad de ser Euterpe.

cerecita FRESCA

Personita auténtica, loca como tu madre, eres más ocurrente que tu abuela, cerecita alegre, comes de mi mano y en tus ojos un bello latido de amor. Jamás amé tanto, me alegro tanto de tenerte conmigo, tan pequeña y tan grande, cerecita fresca dueña de mis besos en tus mejillas, cerecita ojos tiernos, manitas de porcelana, carita de ángel. Cerecita fresca. Con toda la musedad de ser Euterpe.

lunes, octubre 16, 2006

DIFerenTE

Diferente En el mundo habrá un lugar para cada despertar un jardín de pan y de poesía Porque puestos a soñar fácil es imaginar esta humanidad en armonía Vibra mi mente al pensar en la posibilidad de encontrar un rumbo diferente Para abrir de par en par los cuadernos del amor del gauchaje y de toda la gente Qué bueno che , qué lindo es reírnos como hermanos Porqué esperar para cambiar de murga y de compás.
Con toda la musedad de ser Euterpe.

EL AMOR DE MI VIDA

NIÑA BONITA
Con toda la musedad de ser Euterpe.

domingo, octubre 15, 2006

MAX

Has muerto según dices, y desde entonces has venido viviendo un largo funeral.
Con toda la musedad de ser Euterpe.

La CAJA de MUSICA

Es cierto. Es verdad. Todos los días suenan diferentes melodías. Como todos los días, amenezco de un color diferente,
- De qué color amaneciste hoy?-.
Lara la la, lara lala... Linda muñeca, pequeña, pequeña. Mjmjm, mjmjmjm, mjmjmjmm... Mi niña traviesa. La caja de música. Una renace con la luz de un nuevo día, y las canciones emanan del seno del amor materno. ¿Cómo juegan las muñecas con muñecas de verdad? Cuántas sonrisas juntas en un mismo lugar. Lara lala, lara lala... Una caja de música para una pequeña muñeca. Con toda la musedad de ser Euterpe.

sábado, octubre 07, 2006

lunes, agosto 28, 2006

hay veces...

pocas veces en un tiempo razonable, otras tantas, muchas en un lapso corto, muy corto... que ves una nebulosa en los ojos de ellos, de aquellos que creíste conocer, esos, aquellos, los mismos a los que les diste tu corazón en la palma de sus manos. cuando esto sucede, una nube estalla en tu rostro, y la lluvia de desolación inunda la aridez del suelo que entonces te abraza. cuando un amor de vida, te miente, te engaña, te traiciona, una cortina se abre frente a tí, para verte sentada en proscenio, una silla, un vestido pequeño, un maquillaje gastado, una iluminación sobria, y empiezas un monólogo que haz tardado un poco en memorizar, pero, que justo en ese momento, tienes toda la energía para representar; La vida entera se convierte en un solo momento, en un instante que se fuga de cuerpo. Cuando el acto termina es sí sobre si mismo, se ha vaciado todo, para iniciar, al júbilo de ese pequeño fin, una nueva etapa tomada de un a pequeña mano, que está junto a ti, para acariciarte, apretarte el pulgar, tocarte el rostro y pestañearte con un amor intenso. eso es lo más hermoso de esas veces, de las buenas, de las malas, de las peores, de todas. ¨sin dolor, no te haces felíz...¨ dios aprieta, pero no ahorca. Con toda la musedad de ser Euterpe.

lunes, agosto 14, 2006

Camila

Con toda la musedad de ser Euterpe.

suavidades de cuna

cómo no sentir todo el amor que existe en tu mirada, en tu tacto suave e iluminado, en tu sorpresa, en tu risa, en tu llanto. cómo no encontrar la tranquilidad mientras te tengo, con tu piel hermosa, en tu sueño despejado, tranquilo, confiado. cómo no amarte como te amo mi niña hermosa si vives en mi regazo, comes de mi mano y duermes en mis brazos. cómo no querer tocar la luna con la mano al tenerte aquí a mi lado. eres todo lo que nunca imginé tener, lo que me sorprende. cómo entender toda la belleza en tu ser? cómo creer que yo pueda engendrar a tan bella Camila? es increíble, que una musa mundana de vida a tan bella pequeña. Con toda la musedad de ser Euterpe.

JUSTO AHORA

quién dijo que ésto sería fácil? que el corazón no se rompe cuando ya se ha roto... que ella se desespera y llora, que yo lloro y me desespero. que él dice y mata, que mata y muere lentamente. que la nostalgia toca a la puerta y una musa se desmorona. quién dijo que no me ahogaría en deudas? que tendría todo lo que necesitaría? quíen dijo que seguir sería fácil? Nadie. Nadie lo dijo. Yo soy la que pregunta, a esa, la mujer que veo en el espejo: quién dijo que vivir la vida era sencillo? Una vez me escribieron: ¨... se fuerte mujer, en medio de tu fragilidad...¨ Hoy, justo ahora, me doy cuenta que en la vida, mucha gente te abandona. Con toda la musedad de ser Euterpe.

miércoles, agosto 02, 2006

Mis 4400

Una semana en una cama que da aun mismo punto en el techo. Una gota de solución que nunca deja de caer, que pasa, deja y quema poco a poco la vena. Un dolor entumido en la cadera. Una pierna inerte. Un brazo inmóvil. Tres cervicales desviadas. Un disco roto. Una hernia en la lumbar 4. Media cara paralizada. Y una niña de ojos claros que llora desde hace días por la leche de un pecho cálido que no volverá a tener. Un accidente que ha cambiado el rumbo del calendario. Reloj momentáneo que alzas tu mano para dejar en claro, somos tan frágiles... tanto...
tanto...
Con toda la musedad de ser Euterpe.

...

tengo tanto miedo de este miedo... Con toda la musedad de ser Euterpe.

sábado, julio 08, 2006

lunes, junio 26, 2006

TODO un MAR en tu mirada...

tus ojos, pequeñitos tus ojos que clarean como el sol, tan profundo, el seguimiento de tu mirada cuando me muevo, tan enorme el amor que siento, mi cielo. un llanto que me habla de hambres y calores, yo te miro y sonrió tan incanzablemente, las horas no existen ya, sólo el profundo mar de tu mirada, cuando abres tus ojos, cuando sonries, cuando lloras, cuando duermes... la espera ha terminado, ahora, tenemos una vida entera, mi corazón. Con todo el amor que tengo, con todo el que puedo sentir, TU MAMÁ.

sábado, mayo 27, 2006

OLD friends...

Ninguna de todas las cosas. Alguna, una vez. Hoy, nada. Pequeñas manchitas que actúan como rastro, sin rostro... Ninguna de todas las cosas: amigos ausentes. Con toda la musedad de ser Euterpe.

viernes, mayo 26, 2006

TRISTEZA del cronopio

A la salida del Luna Park un cronopio advierte que su reloj atrasa, que su reloj atrasa, que su reloj. Tristeza del cronopio frente a una multitud de famas que remonta Corrientes a las once y veinte y él, objeto verde y húmedo, marcha a las once y cuarto. Meditación del cronopio: "Es tarde, pero menos tarde para mi que para los famas, para los famas es cinco minutos más tarde, llegarán a sus casas más tarde, se acostarán más tarde. Yo tengo un reloj con menos vida, con menos casa y menos acostarme, yo soy un cronopio desdichado y húmedo". Mientras toma café en el Richmond de Florida, moja el cronopio una tostada con sus lágrimas naturales
Con toda la musedad de ser Euterpe.

miércoles, mayo 24, 2006

¨de sacarle una hipótesis¨

Érase un cronopio grandote, que jugaba a armar preguntas. Luego las invocaba y reía. Era una dulce tortura –tortura de mentira– darse cuenta cada día de que el manicomio no era para él en absoluto. Pero en fin, lo disfrutaba. Era un rato de reír, como cuando rió frente al espejo con el pomo de dentífrico entre las manos. Le gustaba, mientas inventaba conjuros, imaginar lo que haría la gente que los recitara paso por paso. Entre humo de cigarrillos, chirridos bronce y olor a mate, le daba vueltas a las muecas de sorpresa o de reverente admiración, que esculpía buen adivinador en las caras que imaginaba. Algunas, las más compungidas, miraban el techo o dejaban que las páginas hicieran “plof” en su frecuencia natural. También, las mismas, salían a pasear famas, muy famas, como si el conjuro fuera ficticio-biodegradable. Era así la cosa. Después, escribía sus conjuros, para magias que no eran de él, ejecutables sólo sobre desconocidos; y a ratos volvía a reír. Pensaba (y ahí se fascinaba) en la posibilidad de ser descubierto. Que tanta magia se desmagicara de repente y se iluminara toda su realidad de cinco minutos de cigarrillo por la tarde. O aún peor: que fuera tiernamente ignorado y que un par de preguntas que no iba a hacerse se las hiciera alguien más; le picaba especialmente porque él no se las habría hecho, eran caminos que no habría trazado. Su bosque era frágil y lo sabía perfectamente. Desde una nube, el Cazador de Palabras.

martes, mayo 23, 2006

mi EROS, adentro.

quisiera esperarte... espero que, no sea tarde... pido que, la lluvia acabe antes de, que llegue el frío. Cuan manto suave es mi dolor...

Mi EROS, por dentro, eres tibio. Un cálido susurro infinito. Noche funesta, noche... Que acaricias con el brillo mi despliegue en la almohada. Buardilla de amor. Coge mi mano y anda, camina, de puntillas si quieres de puntillas por la orilla de la acera, no me importa. Sigo ciega en un mundo de videntes. Mi EROS, púlpito de mi adentro. Comes tiempo, qué haces cuando no cedo? Burbujas... dejas caer burbujas sobre mi lecho. Te he visto, sonriendo al hacerlo. Cuánto amor me puedes dar? Cuánto me has quitado ya? Mi EROS, que te avalanzas en mi adentro, dejando hermosas semillas que escriben en mis paredes. - Mi EROS, por dentro.. Con toda la musedad de ser Euterpe.

jueves, mayo 18, 2006

DEL puño del Cronopio Mayor

Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien porque me duele ingresar en un orden cerrado, construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su casa preservan la música de la lavanda, el aletear de un cisne con polvos, el juego del violín y la viola en el cuarteto de Rará. Me es amargo entrar en un ámbito donde alguien que vive bellamente lo ha dispuesto todo como una reiteración visible de su alma, aquí los libros (de un lado en español, del otro en francés e inglés), allí los almohadones verdes, en este preciso sitio de la mesita el cenicero de cristal, que parece el corte de una pompa de jabón, y siempre un perfume, un sonido, un crecer de plantas, una fotografía del amigo muerto, ritual de bandejas con té y tenacillas de azúcar... ah, querida Andrée, que difícil oponerse, aun aceptándolo con entera sumisión del propio ser, al orden minucioso que una mujer instaura en su liviana residencia. Cuán culpable tomar una tacita de metal y ponerla al otro extremo de la mesa, ponerla allí simplemente porque uno ha traído sus diccionarios ingleses y es de este lado, al alcance de la mano, donde habrán de estar. Mover esa tacita vale por un horrible rojo inesperado en medio de una modulación de Ozenfant, como si de golpe las cuerdas de todos los contrabajos se rompieran al mismo tiempo con el mismo espantoso chicotazo en el instante más callado de una sinfonía de Mozart. Mover esa tacita altera el juego de relaciones de toda la casa, de cada objeto con otro, de cada momento de su alma con el alma entera de la casa y su habitante lejana. Y yo no puedo acercar los dedos a un libro, ceñir apenas el cono de luz de una lámpara, destapar la caja de música, sin que un sentimiento de ultraje y desafío me pase por los ojos como un bando de gorriones. Usted sabe por qué vine a su casa, a su quieto salón solicitado de mediodía. Todo parece tan natural, como siempre que no se sabe la verdad. Usted se ha ido a París, yo me quedé con el departamento de la calle Suipacha, elaboramos un simple y satisfactorio plan de mutua conveniencia hasta que septiembre la traiga de nuevo a Buenos Aires y me lance a mí a alguna otra casa donde quizá... Pero no le escribo por eso, esta carta se la envío a causa de los conejitos, me parece justo enterarla; y porque me gusta escribir cartas, y tal vez porque llueve. Me mudé el jueves pasado, a las cinco de la tarde, entre niebla y hastío. He cerrado tantas maletas en mi vida, me he pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte, que el jueves fue un día lleno de sombras y correas, porque cuando yo veo las correas de las valijas es como si viera sombras, elementos de un látigo que me azota indirectamente, de la manera más sutil y más horrible. Pero hice las maletas, avisé a su mucama que vendría a instalarme, y subí en el ascensor. Justo entre el primero y segundo piso sentí que iba a vomitar un conejito. Nunca se lo había explicado antes, no crea que por deslealtad, pero naturalmente uno no va a ponerse a explicarle a la gente que de cuando en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas, guardaba el hecho igual que se guardan tantas constancias de lo que acaece (o hace uno acaecer) en la privacía total. No me lo reproche, Andrée, no me lo reproche. De cuando en cuando se me ocurre vomitar un conejito. No es razón para no vivir en cualquier casa, no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose. Cuando siento que voy a vomitar un conejito, me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejito de chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano. Busca de comer y entonces yo (hablo de cuando esto ocurría en mi casa de las afueras) lo saco conmigo al balcón y lo pongo en la gran maceta donde crece el trébol que a propósito he sembrado. El conejito alza del todo sus orejas, envuelve un trébol tierno con un veloz molinete del hocico, y yo sé que puedo dejarlo e irme, continuar por un tiempo una vida no distinta a la de tantos que compran sus conejos en las granjas. Entre el primero y el segundo piso, Andrée, como un anuncio de lo que sería mi vida en su casa, supe que iba a vomitar un conejito. Enseguida tuve miedo (¿o era extrañeza? No, miedo de la misma extrañeza, acaso) porque antes de dejar mi casa, sólo dos días antes, había vomitado un conejito y estaba seguro por un mes, por cinco semanas, tal vez seis con un poco de suerte. Mire usted, yo tenía perfectamente resuelto el problema de los conejitos. Sembraba trébol en el balcón de mi otra casa, vomitaba un conejito, lo ponía en el trébol y al cabo de un mes, cuando sospechaba que de un momento a otro... entonces regalaba el conejo ya crecido a la señora de Molina, que creía en un hobby y se callaba. Ya en otra maceta venía creciendo un trébol tierno y propicio, yo aguardaba sin preocupación la mañana en que la cosquilla de una pelusa subiendo me cerraba la garganta, y el nuevo conejito repetía desde esa hora la vida y las costumbres del anterior. Las costumbres, Andrée, son formas concretas del ritmo, son la cuota de ritmo que nos ayuda a vivir. No era tan terrible vomitar conejitos una vez que se había entrado en el ciclo invariable, en el método. Usted querrá saber por qué todo ese trabajo, por qué todo ese trébol y la señora de Molina. Hubiera sido preferible matar enseguida al conejito y... Ah, tendría usted que vomitar tan sólo uno, tomarlo con dos dedos y ponérselo en la mano abierta, adherido aún a usted por el acto mismo, por el aura inefable de su proximidad apenas rota. Un mes distancia tanto; un mes es tamaño, largos pelos, saltos, ojos salvajes, diferencia absoluta. Andrée, un mes es un conejo, hace de veras a un conejo; pero el minuto inicial, cuando el copo tibio y bullente encubre una presencia inajenable... Como un poema en los primeros minutos, el fruto de una noche de Idumea: tan de uno que uno mismo... y después tan no uno, tan aislado y distante en su llano mundo blanco tamaño carta. Me decidí, con todo, a matar al conejito apenas naciera. Yo viviría cuatro meses en su casa: cuatro -quizá, con suerte, tres- cucharadas de alcohol en el hocico. (¿Sabe usted que la misericordia permite matar instantáneamente a un conejito dándole de beber una cucharada de alcohol? Su carne sabe luego mejor, dicen, aunque yo... Tres o cuatro cucharadas de alcohol, luego el cuarto baño o un paquete sumándose a los desechos). Al cruzar el tercer piso el conejito se movía en mi mano abierta. Sara esperaba arriba, para ayudarme a entrar las valijas... ¿Cómo explicar que un capricho, una tienda de animales? Envolví el conejito en mi pañuelo, lo puse en el bolsillo del sobretodo dejando el sobretodo suelto para no oprimirlo. Apenas se movía. Su menuda conciencia debería estarle revelando hechos importantes: que la vida es un movimiento hacia arriba con un click final, y que es también un cielo bajo, blanco, envolvente y oliendo a lavanda, en el fondo de un pozo tibio. Sara no vio nada, le fascinaba demasiado el arduo problema de ajustar su sentido de orden a mi valija-ropero, mis papeles y mi displicencia ante sus elaboradas explicaciones donde abunda la expresión "por ejemplo". Apenas pude me encerré en el baño; matarlo ahora. Una fina zona de calor rodeaba el pañuelo, el conejito era blanquísimo y creo que más lindo que los otros. No me miraba, solamente bullía y estaba contento, lo que era el más horrible modo de mirarme. Lo encerré en el botiquín vacío y me volví para desempacar, desorientado pero no infeliz, no culpable, no jabonándome las manos para quitarles una última convulsión. Comprendía que no podía matarlo. Pero esa misma noche vomité un conejito negro. Y dos días después uno blanco. Y a la cuarta noche un conejito gris. Usted ha de amar el bello armario de su dormitorio, con la gran puerta que se abre generosa, las tablas vacías a la espera de mi ropa. Ahora los tengo ahí. Ahí dentro. Verdad que parece imposible; ni Sara lo creería. Porque Sara nada sospecha, y el que no sospeche nada procede de mi horrible tarea, una tarea que se lleva mis días y mis noches en un solo golpe de rastrillo y me va calcinando por dentro y endureciendo como esa estrella de mar que ha puesto usted sobre la bañera y que a cada baño parece llenarle a uno el cuerpo de sal y azotes de sol y grandes rumores de profundidad. De día duermen. Hay diez. De día duermen. Con la puerta cerrada, el armario es una noche diurna solamente para ellos, allí duermen su noche con sosegada obediencia. Me llevo las llaves del dormitorio al partir a mi empleo. Sara debe creer que desconfío de su honradez y me mira dubitativa, se le ve todas las mañanas que está por decirme algo, pero al final se calla y yo estoy tan contento. (Cuando arregla el dormitorio, de nueve a diez, hago ruido en el salón, pongo un disco de Benny Carter que ocupa toda la atmósfera, y como Sara es también amiga de saetas y pasodobles, el armario parece silencioso y acaso lo esté, porque para los conejitos transcurre ya la noche y el descanso). Su día principia a esa hora que sigue a la cena, cuando Sara se lleva la bandeja con un menudo tintinear de tenacillas de azúcar, me desea buenas noches -sí, me las desea, Andrée, lo más amargo es que me desea las buenas noches- y se encierra en su cuarto y de pronto estoy yo solo, solo con el armario condenado, solo con mi deber y mi tristeza. Los dejo salir, lanzarse ágiles al asalto del salón, oliendo vivaces el trébol que ocultaban mis bolsillos y ahora hace en la alfombra efímeras puntillas que ellos alteran, remueven, acaban en un momento. Comen bien, callados y correctos, hasta ese instante no tengo nada que decir, los miro solamente desde el sofá, con un libro inútil en la mano -yo que quería leerme todos sus Giraudoux, Andrée, y la historia argentina de López que tiene usted en el anaquel más bajo-; y se comen el trébol. Son diez. Casi todos blancos. Alzan la tibia cabeza hacia las lámparas del salón, los tres soles inmóviles de su día, ellos que aman la luz porque su noche no tiene luna ni estrellas ni faroles. Miran su triple sol y están contentos. Así es que saltan por la alfombra, a las sillas, diez manchas livianas se trasladan como una moviente constelación de una parte a otra, mientras yo quisiera verlos quietos, verlos a mis pies y quietos -un poco el sueño de todo dios, Andrée, el sueño nunca cumplido de los dioses-, no así insinuándose detrás del retrato de Miguel de Unamuno, en torno al jarrón verde claro, por la negra cavidad del escritorio, siempre menos de diez, siempre seis u ocho y yo preguntándome dónde andarán los dos que faltan, y si Sara se levantara por cualquier cosa, y la presidencia de Rivadavia que yo quería leer en la historia de López. No sé cómo resisto, Andrée. Usted recuerda que vine a descansar a su casa. No es culpa mía si de cuando en cuando vomito un conejito, si esta mudanza me alteró también por dentro - no es nominalismo, no es magia, solamente que las cosas no se pueden variar así de pronto, a veces las cosas viran brutalmente y cuando usted esperaba la bofetada a la derecha-. Así, Andrée, o de otro modo, pero siempre así. Le escribo de noche. Son las tres de la tarde, pero le escribo en la noche de ellos. De día duermen. ¡Qué alivio esta oficina cubierta de gritos, órdenes, máquinas Royal, vicepresidentes y mimeógrafos! ¡Qué alivio, qué paz, qué horror, Andrée! Ahora me llaman por teléfono, son los amigos que se inquietan por mis noches recoletas, es Luis que me invita a caminar o Jorge que me guarda un concierto. Casi no me atrevo a decirles que no, invento prolongadas e ineficaces historias de mala salud, de traducciones atrasadas, de evasión. Y cuando regreso y subo en el ascensor -ese tramo, entre el primero y el segundo piso- me formulo noche a noche irremediablemente la vana esperanza de que no sea verdad. Hago lo que puedo para que no destrocen sus cosas. Han roído un poco los libros del anaquel más bajo, usted los encontrará disimulados para que Sara no se dé cuenta. ¿Quería usted mucho su lámpara con el vientre de porcelana lleno de mariposas y caballeros antiguos? El trizado apenas se advierte, toda la noche trabajé con un cemento especial que me vendieron en una casa inglesa -usted sabe que las casas inglesas tienen los mejores cementos- y ahora me quedo al lado para que ninguno la alcance otra vez con las patas (es casi hermoso ver cómo les gusta pararse, nostalgia de lo humano distante, quizá imitación de su dios ambulando y mirándolos hosco; además usted habrá advertido -en su infancia, quizá- que se puede dejar a un conejito en penitencia contra la pared, parado, las patitas apoyadas y muy quieto horas y horas). A las cinco de la mañana (he dormido un poco, tirado en el sofá verde y despertándose a cada carrera afelpada, a cada tintineo) los pongo en el armario y hago la limpieza. Por eso Sara encuentra todo bien aunque a veces le he visto algún asombro contenido, un quedarse mirando un objeto, una leve decoloración de la alfombra, y de nuevo el deseo de preguntarme algo, pero yo silbando las variaciones sinfónicas de Franck, de manera que nones. Para qué contarle, Andrée, las minucias desventuradas de ese amanecer sordo y vegetal, en que camino entredormido levantando cabos de trébol, hojas sueltas, pelusas blancas, dándome contra los muebles, loco de sueño, y mi Gide que se atrasa, Troyat que no he traducido, y mis respuestas a una señora lejana que estará preguntándose ya si... para qué seguir todo esto, para qué seguir esta carta que escribo entre teléfonos y entrevistas. Andrée, querida Andrée, mi consuelo es que son diez y ya no más. Hace quince días contuve en la palma de la mano un último conejito, después nada, solamente los diez conmigo, su diurna noche y creciendo, ya feos y naciéndoles el pelo largo, ya adolescentes y llenos de urgencias y caprichos, saltando sobre el busto de Antinoo (¿es Antinoo, verdad, ese muchacho que mira ciegamente?) o perdiéndose en el living donde sus movimientos crean ruidos resonantes, tanto que de allí debo echarlos por miedo a que los oiga Sara y se me aparezca horripilada, tal vez en camisón -porque Sara ha de ser así, con camisón- y entonces... Solamente diez, piense usted esa pequeña alegría que tengo en medio de todo, la creciente calma con que franqueo de vuelta los rígidos cielos del primero y el segundo piso. Interrumpí esta carta porque debía asistir a una tarea de comisiones. La continúo aquí en su casa, Andrée, bajo una sorda grisalla de amanecer. ¿Es de veras el día siguiente, Andrée? Un trozo en blanco de la página será para usted el intervalo, apenas el puente que une mi letra de ayer a mi letra de hoy. Decirle que en ese intervalo todo se ha roto, donde mira usted el puente fácil oigo yo quebrarse la cintura furiosa del agua, para mí este lado del papel, este lado de mi carta no continúa la calma con que venía yo escribiéndole cuando la dejé para asistir a una tarea de comisiones. En su cúbica noche sin tristeza duermen once conejitos; acaso ahora mismo, pero no, no ahora - En el ascensor, luego, o al entrar; ya no importa dónde, si el cuándo es ahora, si puede ser en cualquier ahora de los que me quedan. Basta ya, he escrito esto porque me importa probarle que no fui tan culpable en el destrozo insalvable de su casa. Dejaré esta carta esperándola, sería sórdido que el correo se la entregara alguna clara mañana de París. Anoche di vuelta a los libros del segundo estante; alcanzaban ya a ellos, parándose o saltando, royeron los lomos para afilarse los dientes -no por hambre, tienen todo el trébol que les compro y almaceno en los cajones del escritorio. Rompieron las cortinas, las telas de los sillones, el borde del autorretrato de Augusto Torres, llenaron de pelos la alfombra y también gritaron, estuvieron en círculo bajo la luz de la lámpara, en círculo y como adorándome y de pronto gritaban, gritaban como yo no creo que griten los conejos. He querido en vano sacar los pelos que estropean la alfombra, alisar el borde de la tela roída, encerrarlos de nuevo en el armario. El día sube, tal vez Sara se levante pronto. Es casi extraño que no me importe Sara. Es casi extraño que no me importe verlos brincar en busca de juguetes. No tuve tanta culpa, usted verá cuando llegue que muchos de los destrozos están bien reparados con el cemento que compré en una casa inglesa, yo hice lo que pude para evitarle un enojo... En cuanto a mí, del diez al once hay como un hueco insuperable. Usted ve: diez estaba bien, con un armario, trébol y esperanza, cuántas cosas pueden construirse. No ya con once, porque decir once es seguramente doce, Andrée, doce que será trece. Entonces está el amanecer y una fría soledad en la que caben la alegría, los recuerdos, usted y acaso tantos más. Está este balcón sobre Suipacha lleno de alba, los primeros sonidos de la ciudad. No creo que les sea difícil juntar once conejitos salpicados sobre los adoquines, tal vez ni se fijen en ellos, atareados con el otro cuerpo que conviene llevarse pronto, antes de que pasen los primeros colegiales. Julio Cortázar; Bestiario, Buenos Aires, Sudamericana, 1994.

Entiendo...

Hasta eso, lo entiendo... Con toda la musedad de ser Euterpe.

miércoles, mayo 17, 2006

Estás ahí...

a una distancia perpetrable, haciéndote la muerta, haciéndote comer lentamente por los gusanos que resbalan por tu piel... Comen tu carne. Así sin ojos y sin brazos, comen ciegos y tú, sin dolor, porque ya no puedes sentir. Sigues ahí. Lo sé. Como un ladrón acechas detrás de la puerta, eres comida por los gusanos de tu enjambre. Con toda la musedad de ser Euterpe.

La sangre es el ECHO de todas las cosas...

Con ella vives, de ella depende, la vida y la muerte. La sangre tiene en sus manos el up& down de la entrepierna. Con ella hay alimento, hay fuerza. Sin ella pereces, hay murte. Ella esgrime, puja, sale y explota. Tiene secretos, como cualquier mujer. Tiene enfermedades, como cualquier humano. La sangre tiene la verdad en la mano. Son ella no hay nada. No hay latidos, no hay amor, no hay vida... Sin duda, la sangre es el eco de todas las cosas. on toda la musedad de ser Euterpe.

DE FENOMENO ANORMAL a elefanta calidad madre...

Si le interesa saber "Como puede una convertirse de persona casi normal a una elefanta humana en unos ocho meses" no se pierda las siguientes sugerencias: 1. Ante todo, deje de pensar que existen la líneas rectas, pónga su mente en blanco y dibuje sus próximas curvas... 2. Coma chocolate a su antojo. O al del Bebé. 3. Si tomaba suficiente agua, pues bájele, nada más cuando le de sed. 4. Camine casi nada. Siempre ante cualquier necesidad, haga enfasis en que " ESTá EMBARAZADA" con un tono diferente de voz. 5. Pase más tiempo viendo televisión, aunque no esté acostumbrada, aunque no le guste mucho... pronto entenderá la psicología de la estructura de los programas. Continuará... Con toda la musedad de ser Euterpe.

LA BANDA!

Alguna vez, por infantil que parezca, uno desea tener una banda, formar parte de algo, de alguien, de todos... Nosotros somos la Banda, la que toca poco a poco, la que se rié y llora, a veces más a veces menos, aquí siempre hay variedad... Tocamos a nuestro son y tambien al son que nos toquen bailamos, porque así somos, locos, locos, locos todos! casi enfermos de lucidez,como Saramago. Como tantos otros que leemos y escuchamos. Caminamos a paso atrincherado, que un beso, que dos, que tres... Luz reguelta, Je ne ces't pas, Eu, El ícaro que no quizo volar y el Sósar con el invencible Emanuelle. Todos somos así, hechos o si no tanto, manchados del mismo lodo, Humanidades. Hey! llegó la Banda! Con toda la musedad de ser Euterpe.

SALTOS

Con toda la musedad de ser Euterpe: Saltas de aquí para allá. Vives en un mundo imadinario, no táctil, no premeditado. Uno por aquí. Otro por allá. ¿Qué sueñas?

Recibes cartas...

Con tus ojos cerrados, recibes cartas... Mientras juegas Amor con tus brazos. Cuando cuentas y descuentas, cuando te acarician mis abrazos, recibes cartas de extraños, que te saludan, que te bendicen, recibes amores al pormayor... Mi pequeña preciosa, princesa hermosa hecha de besos, hecha de leche y pan, de miel y sal. Pequeña gran verdad, que defines mi existencia. Un suspiro enorme, una voltereta, por pequeña que sea, recibes cartas de amor. Sonoras articulaciones que sometes a mi tacto, al contacto, cierras los ojos, te veo con mis dedos, te toco con mis deseos de tenerte ya aquí... Y tú... prosigues pausadamente, con la certeza de mi amor en un creccendo inmaculado, con la sensatez de todo lo que hasta ahora has hecho... Y es que eres tan perfecta, tan continua, tan Bella! Hermosas entre todas las cosas que te rodean, ajena, un poco, a tanta vaguedad por parte de tu Padre, que, sin quererlo, te quiere a borbotones. Mi amor, mi niña, mi cielo eterno, mi noche entera, damita, niña de mis ojos... Bebé! que escuchas y sientes este amor con la fuerza del mar. Te quiero tanto, te amo tanto... Recibes cartas, a diario. Con toda la musedad de ser Euterpe. Ton mere.

martes, abril 25, 2006

No lo entiendes hasta que lo tocas...

Un movimiento pequeño, casi minúsculo, no lo entiendes hasta que lo tocas, una rodilla, un brazo, un pequeño pie de cinco centímetros que patea con la fuerza de un titán atrapado en un cristal. Una manita se abre y cierra como florecita en primavera. Un par de ojos que navegan como perlas bajo el mar de mis deseos. Un día... dos, tres... Transcurren los segundos en un reloj de tiempo indefinido. El latido mismo cabalgando al unísono de una respiración prematura, pequeña, hecha de puros suspiros que fraguan deseos futuros, Tú mi niña, tú... Con toda la musedad de ser Euterpe.

martes, marzo 28, 2006

La Bebé de Mamá

MAMA:( Sentada en el borde de la cama, a medio vestir, se agacha para tomar un zapato). –Ahh... BEBE: (Sollozando). – Mstjghnmbd...ltynh....unm....ma...mi...moum... MAMA: -¿Mmm...? .... Qué pasó Bebé... BEBE: - Es que...es que... (Trata de hablar pero no puede terminar). MAMA: - ( Suelta el zapato y empieza a tocarse la panza) – ¿Qué pasó bebé? ... BEBE: - Es que mami... es que... me aplasté mi manita cuando te agachaste por la bota... es que... me estaba rascando y este... me.. este ... me aplasté ( sigue sollozando). MAMA: - ¡ Ay, mi amor! Perdóname... ( suelta la bota y se recuesta en la cama) A ver... vamos a descansar un poquito. ¿Quieres jugar? ( Comienza a recorrer la panza con los dedos índice y se pone un poco de aceite de almendras para resbalarlos suavemente por la circunferencia de la panza. Empieza a cantar) Mi pequeño tesoro se halla escondido, entre el valle y el monte que hay en mi ombligo, mi pequeño tesoro es un ángel que viene a mí de puntillas...

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¿Nos amamos? El la mira desconcertado, ¿qué quiere que le diga? Claro que nos amamos, sino ya nos hubiéramos separado, cuando la gente no se ama se separa, se distancia y nosotros dormimos en la misma cama desde hace cuatro años. ¿Qué quiere que le responda?, Es decir, ¿nos hemos amado alguna vez? ¿Profundamente?, ¿Que quieres decir con “ alguna vez y profundamente”? ¿Acaso crees que no te amo? ¿Es eso?. Empieza a sentir que el momento se tensiona como un músculo cuando se enfría. La pausa trasciende más que un instante y parece que el olvido ha abierto su enorme hocico para tragar sin pudor el trencito de preguntas. ¿Nos hemos amado últimamente?, Bofeteando el hocico voraz del olvido y se clava en el aire que los separa en esa sala tan minimalista, tan estilo él, tan nada ella. Se escapa en la bocanada del aire que exhala mientras todavía sigue sentada en aquellas sala, ella se pierde en la contemplación de un amor pintado, Cuatro es un número par, cuatro no es un número muy bueno, cuándo empezaron a cumplirse los años en este espacio, con este mismo humor, con esta misma sed que nunca se ha extinguido, probando su misma piel de pan y sal, hablando de los precios, de aparatos sofisticados, de películas comerciales y de aniversarios en restaurantes… ¿cuándo cumplí un año a su lado? ¿Cuándo fueron dos, tres y cuatro… cuántos más van a pasar…? Le hace falta una sacudida al techo, mira nomás, cuanta telaraña hay. Mira no sé qué buscas con esas preguntas, pero es mejor que le des nombre a las cosas que piensas en tu cabeza, porque no tengo ganas de discutir cuestiones metafísicas contigo. No nos encontramos, no somos almas que transitan en una realidad alterna, somos dos personas que se conocen desde hace tiempo, se gustan, se quieren, decidieron estar juntas, duermen bajo un mismo techo y se divierten con las mismas cosas. O bueno un buen número de cosas, no?, Un silencio se instala entre ambas miradas que se desnudan sin querer. Se congelan y ella da por muerto el intento, ¿ Quieres salir a comer o prefieres algo aquí?.
No es cierto. Yo soy un alma vieja en un cuerpo joven. Lo vi con ese disfraz de niño tras un mostrador contestando teléfonos, guardando silencio, cohibiéndose de toda mirada femenina que llegara a ruborizarle. Yo le toque, con estas puntas, Mira sus dedos, Los bordes del corazón que tenía dormido ahí dentro, Tenemos sushi y pollo parmesano ¿ se te antoja?, Ella siempre pregunta por opciones de comida y siempre desea lo que no hay. El no puede evitar reírse, porque de alguna extraña manera esos ojos brillantes lo embelesen, lo capturan, lo someten a cualquier locura que a Ella se le ocurra. Y Ella es tan ocurrente. Su pensamiento es un río cálido lleno de peces, donde se reproducen sin ceso, sin freno. Ella deambula en diferentes silencios, crea realidades que no existen, Lo juro que no existen, No se explica sus orígenes, no hay ciencia que los determine, ni por física ni reacción química, explotan, nacen espontáneamente, pueden brotar del sumo de una naranja en sus manos o del reflejo de su figura mientras camina frente a un alto ventanal, no hay ciencia exacta que determine cuando pasará.
Yo la he observado, incluso antes me inquietaba saber de dónde saca tanta cosa, tanta barbaridad sin rieta, pero ella es así, esporádicamente efímera y hecha al azar. A veces sueño que al despertar su cuerpo no estará ahí, junto al mío, que todo será un antiguo sueño mío del que habré despertado pensando que era real, ella me ha hecho pensar eso, ella es capaz de deschavetar a cualquiera, de vibrarle las teclas, de convulsionarle el alma, de crearle un mundo de mentiras o uno tan real que ni siquiera sabes dónde estás. He pensado que está loca. Incluso he buscado los posibles orígenes de esa dulce locura que la envuelve como su aura, pero nada, ni una sola pista, ni una sola patología que concuerde con las conductas demenciales de un esquizoide o depresivo, de alguna compulsión. Simplemente su locura es, como ella. ¿Porqué siempre mira con esos ojos secos? Con esa misma mirada entre cansancio y monotonía. ¿Nunca habrá tenido otra? ¿Ni de niño? ¿Porqué sus manos se mojan tanto? Yo creo que muy en el fondo, sus pensamientos están hechos de puros cuadros, de líneas punteadas, de segmentos repartidos, de fragmentos paralelos, todo acomodado uniformemente para que no entre nada que no sea cuadrado, que no tenga riel, brecha o camino, si… por eso piensa tan tajantemente. En cambio yo... mis ideas se mueven como espirales en el universo, viajan como estrellas fugaces en mandalas y rayuelas de colores, sin medidas, sin secuencia, cada cual nace según su necesidad. Permanecen como plantas, y si hace falta, atraviesan a otras como la humedad misma, se pegan a esas otras como hongos, como el moho para pronto reproducirse entre ellas mismas, creando híbridos mundanos o celestiales. ¿Alguna vez nos amamos? Realmente ¿Esto es el amor? ¿El amor caduca como la comida enlatada? ¿El amor se pudre? ¿El amor existe? Ciertamente Ella no conoce límites, brinca, traspasa, amotina cuanta mentira y pretexto exista, y si no existen los inventa para transgredir cualquier línea, cualquier borde, nada la detiene. Una vez, recuerdo...
Con toda la musedad de ser Euterpe.

miércoles, marzo 15, 2006

no se de titulos para la indiferencia

No pretendo caminar en circulos para decir esto. Simplemente despues de tu muerte no concibo tu presencia en mi vida. No es por ti lo de el. El no tiene nada de ti. Ni de mi. De nadie que no sea el. ( eso no es lo que importa) Sin embargo la linea esta trazada desde hace tantos suenos. Hay una distancia kilometrica entre la verdad y los sentimientos, distancias paralelas, y recuerda, las lineas paralelas nunca llegan a un encuentro. Porque nuestro vertice fue fugaz. Efimero. Volatil. Sin importancia. Como todos tus vertices. Por eso me queda la certeza que no eres la que crei. Por eso descanso despues de lanzar la exhalacion final. Aqui no hay finales malos. Simple y llanamente personajes de cuadro. Ni tu. Ni yo. Ni nadie, ya a nadie le interesa esta historia. Ya cobro sus muertes. Ya cobro sus deudas. Que exista siempre la lejania de tu imagen, como hasta ahora. Con toda la musedad de ser Euterpe.

Nosotros...

caminamos sobre el mismo anden, por la misma orilla de un puerto intacto. Comes porque te alimento, me alimentasde tantas maneras. Somos uno por el otro, no hay explicacion mas simple para tanta grandeza. Tu me reiteras calificas mi esencia, yo te conservo entre mis manos como un tesoro, como un regalo. Somos el uno para el otro. Tu llanto no conoce otros brazos, mi tacto no cede ante otra piel, caemos en el mismo sueno, unidos, cogidos de la mano, palticando por ombligos. Nosotros, los duenos de tanta palabra no pronunciada, que se cuela por las corrientes tan profundas, pero tan ajenas, que llevan los fonemas de nuestro codigo secreto. Se llama amor. El tuyo. El mio. El nuestro. Crecemos invariablemente, dia a dia, segundo a segundo, navegando entre tantas lagrimas para encontrarnos en nuestro puerto. Mi amor, cuanto te quiero!
Ton mere.

lunes, febrero 27, 2006

Virgilio Piñera

Será por “la maldita circunstancia del agua por todas partes”, ¿será?por la humedad, por Yemayá o por mi edad, por la miseria que es tratar de recordar,o por su olor dulzón y triste, o por su piel de lagartona que persiste. Será por la bendita circunstancia del agua por todas partes, ¿será? por Amelia o el mojito que bebí, o porque Hemingway le entraba al daiquirí, o por la puerta siempre abierta con las piernas de una experta. O por Ochún o por Changó, “nadie puede salir”, nadie quiere salir, o porque nadie me avisó “nadie puede salir”, nadie quiere salir. Será por la dichosa circunstancia del agua por todas partes, ¿será? por “el peso de una isla en el amor de un pueblo” o por el Che que me provoca todo esto, Ernesto: la omnipresencia musical, el cañonazo de las nueve, el malecón. Será por la perversa circunstancia del agua por todas partes, ¿será? que las potencias celestiales o terrestres, o las presencias tan humanas y silvestres, que nos amparen estas tierras insulares a los pobres continentes. Será Fidel, será Tomás, “nadie puede salir”, nadie quiere salir, o por Haydée, o por Martí, “nadie puede salir”, nadie quiere salir. Será por lo que viene o todo lo anterior, la cosa es que me enamoré de una señora ya mayor, de entre 45 y 46, una veterana que es la revolución cubana. Con toda la musedad de ser Euterpe.

sábado, febrero 25, 2006

Mi Bebé...

Te conocí un mediodía de septiembre, hacía un poco de viento y esperaste tranquilamente las semanas hasta que te descubriera columpiándote en mis paredes. Mi pequeña oruguita, medías en aquel entonces casi dos centímetros y te mecías ritmicamente para tus costados, como una hamaca. Brotaron las primeras lágrimas cuando nos conocimos, tus primeras fotos, tus primeros gestos y el galopar invencible de tu corazoncito, latiendo tan fuerte que inundabas la sala del ultrasonido. Yo no creía que te veía, pero eras tú, estabas ahí, con todo tu ser revelado en la pantalla, haciendote presente más ahora que nunca, dejando atrás los arcaicos mensajes premonitorios que me mandaste, todo los antojos de hierro, las náuseas, los mareos y las desmayadas... eras tú! Y yo que estaba absorta en finales y estereotipados horarios, tú movías con la ligereza de una pluma todos mis síntomas, todas tus señales desde dentro, desde mi centro. Y cuánto te amo... Cuánto lo hago!!! No me cabe en la cabeza cómo alguien no puede quererte cerca, como puede ignorara tu existencia... cómo se puede vivir sin escuchar tu latido, sin desear tocarte, mirarte u oírte en un llanto de crecimiento... pero regresará un día y nosotros estaremos tan lejos... cada día Bebé marchamos sin virar la cara, sin voltear atrás. Yo te amo como nadie, te escucho cuando me hablas, cuando duermes, cuando callas... lo hago pacientemente y tú... jaja pues tú... no te queda de otra jaja. Te cantaré siempre que vueles, siempre que sueñes, como ahora, como siempre. Ya sabes la música que te gusta, ya conoces tu historia favorita, los dulces y las temperaturas, vámonos juntos a vivir la vida! Te ama Tu Mamá.

miércoles, febrero 15, 2006

(Amar así...)

De todas las cosas y personas en este mundo, todas las alegrías, placeres, nostalgias y tristezas ( todas juntas o cada una...) no se comparan al amor que siento por Tí, cual guerrero troyano, cual esfinge inexplicable, cual milagro de querernos a través de mi piel Bebé. Así te quiero. Nunca digas nunca... Yo nunca había querido así, con una fuerza que mueve montañas, lugares, personas, deseos.... Te quiero hoy y desde hace tanto tiempo!!! Con una amor etéreo y tangible, con la espera de tu piel delgadita en mis brazos. Te quiero tanto, tanto...
Con toda la musedad de ser Ton mere.

lunes, febrero 13, 2006

ASI PASA CUANDO SUCEDE...

Todos los cargamos. A todos nos han llegado a perseguir. Algunos, hasta nos han dejado sin dormir. Otros se dieron por vencidos después de haberles dado el lirio blanco. Pero otros, incisten en pasearse detrás de nosotros, como la sombra que despreciamos por ser sombra, como la sarna que por más que uno quiera no pica. Solo molesta. Todos tenemos nuestros fantasmas. Reales o imaginarios. Yo tengo un bonche, mira... De diferentes colores, olores y sabores. Los tengo con diferentes nombres, son como flores secas, que por más que se secan no se terminan de morir.... Y luego que se me apachurra el corazón de pollo, y traz! Les echo agua pa' que no se mueran del todo... Así pasa cuando secede.... Yo los ordeno por tamaños y edades... Hay unos del kinder, otros de la primaria y los que empiezan feroces, a partir de la secundaria, es decir, el fantasma, de los antiguos, el más voraz es Jose Luis. Si, Jose Luis León, un pintor que ya ha muerto. ( pero esa es una larga historia) De qué color son tus fantasmas? Yo tengo una que es resimpática, se dice musa, se dice conciencia, pero ta' re chiflada.... Esta, apareció así nomás, de un Diccionario de Mitología Griega en la Biblioteca de la Lázaro.... qué días tan desastrozos aquellos, donde escribía bajo el hechizo de una máquina y el café de todas las clases sin entrar, sala de trabajo, escalares para entregar cartas sin retorno y una muñeca de escasos 15 años que me incitaba a seguir. Ella, es otro fantasma, que se resiste a morir. Saca su mano carcomida por mi deseo de olvido, la saca y escribe, como nunca, escribe... Pero ya es poesía fúnebre y hoy, yo soy vida. Hay tantos, bonches, montones.... De cuál quieres saber....?
De qué color son tus fantasmas...?
Con toda la musedad de ser Euterpe.

lunes, febrero 06, 2006


Mi oruguita...

Mon bebé...

BEBE, eres todo lo que deseo, todo lo que sueño ( con un juguete de palito de paleta y una gorrito de aluminio...) lo más hermoso que tengo, todos mis gustos, mi espera, mi ausencia, esperanza y todas mis plegarias... Mi futuro eres Tú, en tus manitas tendrás el timón de mi vida entera, en tu llanto se esconderá mi preocupación, en tu risa calbalgará mi alegría y veré tu sueño todo el tiempo. Besaré tu piel, oleré tu sien, te mantendré justo sobre mi corazón, te cantaré como hoy lo hago, bailarás a mi lado recargando tu cabecita en mi mentón, te leeré todo lo que hay que leer, te acompañaré a recorrer cada paso... No habrá cosa que quieras que no esté dispuesta a conseguir, serás dueñ@ de tu entorno y yo estaré a tu lado, columpiando tus deseos con tus manos extendidas pidiendo amor, un beso, calor... Eres todo lo que tengo, tengo todo lo que quiero. Eres mi arena y mi sal, mi leche y mi pan, eres la más grande de todas las pequeñeces!!! Y eres para mí, de mí... Pasará tiempo antes de que me llames por mi nombre, pero desde ahora escucho que me hablas, me platicas, te duermes, me lloras, me sonríes, me despiertas, puedo sentirte y cada vez crece un amor que desconocía y que me hace tan fuerte, sólo para tí... Te amo con toda la fuerza que provoca tu existencia. Contigo Bebé, el desierto es el mejor de los pasados, contigo aquí a mi lado, puedo olvidar lo más trágico. Te amo con todo mi corazón, como estoy segura nunca había imaginado.
Todos mis besos Mi amor pequeñito. Con toda la musedad de ser, Tu mamá.

sábado, febrero 04, 2006

Sólo para ti.

Es completamente increíble. Que todavía no creas que me rompiste el corazón en pedazos, todos los trozos cayendo en la suciedad de una alfombra mancillada por tus pasos. Lo sé. Y no significa que no duelas, me dueles en el alma, que está gestando nueva piel, que se prepara con una nueva, una antibalas, anti estocadas de traición... Aquí... aquí me dueles... Pero me duele más porque me doy cuenta que el error fue amarte tanto, cuidarte, quererte, protegerte, enseñarte, robarte, creerte, colorearte, leerte y sobre todo, regalarme completa, sin moños, sin envoltura, sin tarjetas ni máscaras! Desde el primer día Lola! Desde la primera vez que mis ojos se posaron sobre los tuyos y los tuyos extendieron unos brazos a este animal herido que conociste en aquel año, con sangre y lágrimas secas en la piel. Te acuerdas? Claro que lo haces, yo todavía no lo puedo olvidar... Te amé inmediatamente. Lo hice. Como jamás volverás a conocer, a sentir, a querer. Esa es la única certeza que me queda, de toda esta farsa funcional que me construyeron: Yo te quise con toda la verdad de mi amor, con toda la fuerza, con todo el afán y torpeza de amar. Yo lo hice, sin ataduras, sin freno, sin cordura, a pesar de todo y de todos. Te obsequié un mundo que yo misma te hice por muchas noches en vela. Te di tinta, letras, besos, poesía. Te di todo lo que tenía. Me vacíe tantas veces como me llenaste. Te llené tantas te vaciaste. Yo no pretendía transgredir al terreno físico, al material, no me interesa, nunca me interesó. Yo tenía en la suavidad de la imaginación tu vida y la mía, los libros que no llegaremos a escribir, los sussurros nocturnos que no volveremos a decir... yo lo tenía todo, pero tú no... tú no supiste desmenuzar mi tiempo, se te acabó la magia, la fuerza, la vida, el encanto. Y lo peor, es que tanto amor no se puede apagar con un extinguidor, sólo puedo dejar morir lentamente este pedacito de corazón que se me está secando desde hace tiempo... como una planta enferma, como un animal moribundo... tu lugar en mi corazón pronto desaparecerá y eso es inevitable como el hecho de decirme: - No fue nada... Nada. Seguro. Nada a medida de todo lo que viví junto a ti. Yo hoy vivo caminando guiada por un corazón que late por dos, a la dirección que este corazón marque, a donde le plasca, a donde le guste, a donde mejor le parezca... Ese pequeño corazón nunca te llegó a conocer y lo único que sabe de ti, es la cantidad de lágrimas que me has arrebatado, nada más... No conoce tu nombre, ni tu voz, ni tu tacto. Nunca lo hará. Eso. Eso es lo mejor de toda esta basura. Hasta nunca. Con toda la musedad de ser Euterpe.

viernes, febrero 03, 2006

Un enorme suspiro de alivio!!!

Qué lástima! Decir esto con tanta sinceridad... Por fin te vas. Por fin saldré sin latente presentimiento de encontrarte en las calles, que antes fueron nuestras calles, nuestro suelo, que bañamos de besos, de poesía, de pasteles, lágrimas y deseos... Qué lástima! en verdad, que sienta alivio, por tu ausencia, por tu partida, por tu nueva vida. No te deso nada. Nada puedo decir. Lo peor de todo es la indiferencia. Ves? Claro que lo ves... El futuro es hoy, lo que ves hoy, es lo único que hay. No esperes amor. Nunca. Si te encuentras una mirada, pasará de largo, no me detendré a besar tus parpados, creéme, no lo haré. Todo fue ya. Lo que ves hoy es lo único que hay. Con todo la sinceridad del amor que fue, Euterpe.

jueves, febrero 02, 2006


Verte desde ahora... en un abrazo diario, sin interrupci�n, sin inconvenientes... s�lo tu y yo.

domingo, enero 29, 2006

... hablar de palabras...

Te escribo con una varita sobre el arena con palabras trazadas que nacen en la conjución del viento, Te escribo de mares, de azules, de corazones implacables con palabras de arroz, de semillas secas, de rayos de sol. Palabras hechas de anis, de granito o de carbón. Traídas desde el fondo de todos los misterios, [ los manantiales de una musa] llenitos de agua, escurriendo deseos de un delirio funesto. Te escribo así, hecha trocitos o completamente entera, con un ramo de flores silvestres en la mano y una sonrisa que crece al son de tu voz. Hablo de esa palabras que se tuestan bajo el sol, tendidas en un pasto, con las nubes sobre ellas, que las roban, las capturan y se las llevan a un nuevo destino... les dan vida, envueltas para regalo... Te escribo sentada o dormida, con ideas que brotan como el vino de las uvas, que traviesas juegan en mis manos.... De palabras me visto cuando escribo, hechas de terciopelo con unas gotas de sándalo que llegó de la India. Con numerosas letras plasmadas con las puntitas de mis dedos, ojos cerrados y brazos abiertos. Con toda la musedad de ser Euterpe.

( Sonrío hacia la dirección que te muevas)

Encontré esto en el correo... no he podido evitar publicarlo.
EL BAILE junto a mi ventana
Nos movemos despacio, la música complicita. A cada paso nos quebramos un poco un poco más siguiendo las teclas los martillos y las cuerdas de ese piano [impresiones de Agosto] La búsqueda del calce entre nuestros cuerpos, mecernos al ritmo de las galaxias de tus ojos. Polvo de Estrellas Nos acercamos más, nunca menos Nos buscamos mutuamente mientras bailamos un plácidamente improvisado oleaje que con tus pasos como de olas últimas -suspiros sobre la arena mojada- te me dejas abrazar y nos escabullimos como en un río subterráneo. Nuestras piel es una sola y la que queda entre nosotros es garganta y miocardio. Un solo vientre, dos espaldas. El principio y el final de todo en bocas playas me besas Te vistes de mi horizonte
El ocaso, más que una muerte parece la última imagen antes de cerrar los ojos y besar(te)(nos) todo el horizonte ha brotado y florecen púrpuras y anaranjados en todas direcciones. A esta hora, todo es primavera.
Seguimos anudándonos una libertad sincronizada Y vamos tejiéndonos. Comenzamos a cantar y el sol y la luna hablan de nosotros del fulgor tras el visillo ese, tras la ventana. Vino la poesía en una abeja ¡Y mira! ¡Nos ha traído nuevo polen! Te sonrojas, como si no la conocieras. Estás preciosa, tan contenta, tan primavera Aurora de mis besos, Ojos cerrados que me miran el corazón, que me besas hasta las entrañas, que me das tu vientre y tu cintura y seguimos bailando, junto a mi ventana Monsieur Chateubriant

jueves, enero 26, 2006

" sólo dime que esto no es cierto..."

Hoy venía de regreso, desde lejos, y el radio del auto tocó como siempre canciones de consumo y demanda popular, en lo personal, no me gusta el radio y no me gusta el pop... pero iba pensando en quién sabe qué cosas que sólo un enunciado de la canción quedó dentro de mí..."por lo menos un momento, dime que esto no es cierto..."; no fue un Deja Vu, fue un viaje astral, eso ya había sucedido antes... yo ya había pronunciado esas mismas palabras... De pronto vi su cara detenida en una expresión muerta, inanimada, mirándome sin barreras, sin absoluta verguenza: -... qué quieres qué te diga...?, que me acosté con ella? pues si, sí lo hice...- yo me quedé estupefacta por una decena de segundos, parada ahí, sin moverme, frente a esa pared verde que se difumina hasta ser blanca y retoma su color hasta llegar a la alfombra... - no es cierto...- pensé, no sé si lo dije en voz alta, ( lo dije?) , pero volví mi mirada de nuevo a hacia él y su cara no había cambiado de expresión, se mantenía sentado sobre la cama, con esos lentes de armazón negro... - eso no es cierto...no podría ser...- pero su mirada no me dijo mas que : SI, SI LO ES, Y QUE?...- en ese momento se rompió el último lazo que nos unía, uno delgado, traslúcido, pequeño, lánguido, casi muerto... se rompió y fue él quién lo cortó... - Fue un error y ya pasó... nosotros no ....etc- Nosotros? Ya no existe un nosotros... nosotros somos dos, y él lo sabía... ella también... el nosotros entonces se convirtió en el peor de los fangos que me he embarrado por voluntad propia, ese nosotros ha sido el más hondo pantáno que me ha tragado en un segundo... en aquel preciso segundo... Todavía recuerdo, trataba de olvidar.... llegué ahí con ganas de pedir una explicación por un incidente, un beso, jajaja, un beso... Acaso un beso era capáz de desatar un reclamo? Iba cegada, por una absurda explicación... Un beso... que me rompía el corazón, pero no me atravezaba por la mitad como sus palabras. Fausto, el pez de la reconciliación fue el mudo testigo de todo, de mí, de él, de nosotros, de ella, de ellos, de mí cayendo por una realidad cruel y perversa...las dos personas que más ... pero no , no eran ellas.... ....Recuerdos que brotan cuando nadie lo espera, recuerdos fúnebres que enterré llorando... son fantasmas hablándome del pasado, un pasado agrio... Recuerdos, y los recuerdos, sólo recuerdos son. Con toda la musedad de ser Euterpe.

lunes, enero 23, 2006

“... en esta tierra, en este instante y soy feliz porque soy gigante...”

“... en esta tierra, en este instante y soy feliz porque soy gigante...” contigo a mi lado, ahí acurrucado debajo de mi cuarto menguante... Cuando bajo la mirada, justo delante de mí, te miro ahí, haciendo de las tuyas en el agua que recorres día y noche. Mirar hacia abajo hoy, es como mirar el horizonte en un hermoso paisaje, como divisar la línea del firmamento justo encima del mar... Cuando te miro aquí, cerquita a mí, te acaricio y hacerlo es abrir una puerta que me lleva a otro país, uno imaginario; es atravesar el espejo, como ir a un espacio que nadie conoce y que sólo me invitas a mí a disfrutarlo, será porque soy la que te habla, la que te ama... Y me pregunto tantas veces: ¿Qué estás haciendo?, dormimos a nuestras horas, ahora que hacemos nuestro el tiempo, que nos votamos a carcajadas de un chiste que nos han contado, que comemos lo que queremos, que caminamos juntos y jugamos a lo mismo, que te emocionas cuando te pongo música, que bailas cuando te enseño, que brincas y nadas mientras leo... que haces y deshaces cuanta cosa se te ocurre, que me tienes a tus pies mi amor, a tu completa disposición...
Tú Bebé que sin espejismos Eres lo mas bello que tengo!!!
Con toda la musedad de ser Euterpe.

lunes, enero 16, 2006

" El quiero del querer, es querencia de saber..."

(La primera vez que se dijo: Quiero, conjugado directamente del verbo querer, fue el corazón de un ángel quien lo hizo. Ese ángel quiso besarla a ella y se dejó caer, cambiando alas por tacto, eteriedad por olfato...) Yo quiero tocar con la punta de mi índice el borde de tu boca. Quiero ver las pupilas de tus ojos, en la luz y en la sombra, cuando empequeñecen, cuando se dilatan... Quiero saber si mis dedos caben en tus manos, si los hombros son del mismo rango. Quiero medirme y pesarme a tu lado. Quiero caminar y medir los pasos, la altura de las miradas, la objetividad del horizonte, la vaguedad del momento. Quiero mover la boca con giglíco, a ver si puedes leerlo, quiero hacerlo yo, (viceversa)... Quiero leer un mismo libro, debatirlo en diferentes opiniones. Yo quiero saber si las delgadas líneas de mis labios caben en los delgados huecos lineales de los tuyos, y viceversa. Quiero unir cada punta de mi palma derecha, con tu izquierda, para saber si percibes mis latidos, y viceversa. Quiero saber, si contigo, el pensamiento es tangible... Si las nubes son digeribles, si el viento es el velo de las auroras boreales, si tu hambre es el diagnóstico de una sed indomable... Euterpe (...) 2006 Con toda la musedad de ser Euterpe.

Bebé!

Si pudiera besarme la panza todo el día, lo haría, pero como ahora, la flexibilidad brilla por su ausencia, lo que compensa esos besos perdidos entre mis labios y mi panza, son las caricias que salen al rescate, y surgen de ambas palmas, recorren tus movimientos, tocan cada vibra que Tú alcanzas...
Con toda la musedad de ser, TON MERE...

LUGARES COMUNES

Debajo del arcoiris te escondes, Te escondes. Te escondes y puedo verte. Tocando las puntas de tus dedos con indecisión. Debajo, detrás... (Eres como el amor que se escondió tras el rosal, La locura lo dejó ciego jugando a las escondidas.) Nosotros ya no jugamos, aun así no lo puedes ver, no hay cuenta hasta cien. No hay escondites. Sólo lugares comunes, que son los únicos que se conservan en el camino.
Con toda la musedad de ser Euterpe.

“...Del día que fui, del que soy...”

Hay veces que los sentimientos me acorralan en una esquina, me ponen contra la pared, me tiran, o me arrastran hasta el espejo... En esas veces, no hay párpados suficientes que cubran las pupilas dilatadas del pensamiento real que tortura al alma que se acurruca en el fondo del pecho, temerosa, tapada con la sábana de una desesperación pobremente articulada. Hoy es una noche de esas. Una que desgarra el cielo templado de estrellas, una con balas de cristal que penetran los deseos más suaves, los más frágiles que, etéreos viajantes en el aire caen, heridos de muerte, sangran, supuran pequeñas sílabas de un conjuro que no logro descifrar, me quedo entonces sin ojos, sin oídos, sin tacto. Muero un instante gigante, uno interminable. Muero y renazco de la convulsión de mi vientre, que grita: - No te mueras mami, estoy aquí! – Con toda la musedad de ser Euterpe.

“...sueña y si lo has merecido, sueña mi felicidad...”

Siento algo que no describiría como agradable, es una sensación parecida a la indiferencia, pero con aires de olvido... no voy a intentar ponerle nombre, porque alguien sabiamente me ha sugerido no hacerlo, para qué, las etiquetas no son las importantes, sino el contenido; y en este momento te puedo asegurar que es más desolador lo que siento por ti, que lo que puedo llegar a decir. Quisiera entender, aunque de nada sirve. Puesto que nunca contaré con esa frialdad con la que hablas, porque siempre y a pesar de todo voy a sentir más de lo que pienso, como tú bien lo dices, porque sueño contigo y despierto con una intranquilidad tan grande... Es increíble... pero a estas alturas, puedo creer y suponerlo todo, algo tienes que ver en ello. No ayudan los recados cobardes que llegan de la otra parte de la ciudad. Nada de eso tiene sentido ya. Sé que ha de doler, lo sé, pero yo no inicie este combate, esta guerra de fuerzas donde el amor quedó inválido, sabes rotundamente que mi fuerza ahora no compensa mi fragilidad, no sigas, porque no me vencerás, ésta guerra no es lo mejor, porque caen al piso heridos todos los terceros que hablan por ti, todas las bocas que lo hacen por ti, donde escondes todo, no es cuestión de armas, sino de amor, es por ello que en ella perderás, porque desde el inicio te quedaste sin nosotros, nunca más. Ni una corta mirada. Mucho menos en tus brazos el cuerpo de la miel que crece grandiosamente día a día, nunca, de verdad, y éstas son las únicas palabras que puedo pronunciar. Tú decidiste antes, ahora sigo yo, la reina en el tablero es la que al final dará la estocada mortal, yo, Jaque Mate caballero. (“- Eso, no es un bebé...! - Ay señora... quizá no sea un Bebé, pero es un corazón galopante que late mucho más fuerte que el de usted!...” ) Con toda la musedad de ser Euterpe.

sábado, enero 07, 2006

( Mi unicornio azul ayer se me perdió...)

“ Mala como firma de Santa Anna... como película checa, mala como caldo frío, mala como fin de siglo...”
Realmente quieres hacer esto? Desnudarte y exponer al sol, todas las partes de tus partes, bajo las miradas inquietantes de tus peores espectadores, y detrás de ellas, la mía, haciéndola de público en tu numerito... Tendrías que darme tu futuro, todo, completo, y aún así, mi amor no tendrías seguro; Eso es el azar no? Jugárselo todo por amor... Realmente quieres hacer esto? Recoger del fango los recuerdos? Ahí están, y yo nunca los voy a sacar. Realmente quieres mirarme a los ojos? Y darte cuenta que el amor es indiferencia. Realmente en mis ojos te quieres ver? Pérdida en mi hastío? Esto es peor que ayer. Mejor educa a tu memoria. borra mi caricia en tu mejilla, borra los sueños, mis besos, cada uno, quémalos en este fuego del adiós. Duele? Si, si duele.... es verdad. Pero estoy segura que este es el precio de lo que quisiste comprar, lástima mía, poner mi corazón en una vitrina... Ofertas de otoño, todo un ganga: Una musa para una mujer poeta en el departamento de liquidación... El amor no se compra, ni se encuentra en el súper, ni te llega por correo, no se receta, no se empaca, se rompe, se quiebra, se enferma, se riega, se cuida, ante todo se le cuida. Es como un bebé, como la planta más delicada, es como tu hermosa voz cayendo en el alcohol. El amor no se encuentra por casualidad, es única causalidad de las esferas celestiales, es la remuneración de todos nuestros buenos actos, es nuestro galardón, el regalo prometido, el premio mayor... Y tú, mi vida, mi cielo, mi amor... No pudiste contestar la pregunta del millón. Adiós.
Con toda la musedad de ser Euterpe.

jueves, enero 05, 2006

nuevos vientos con dirección hacia...

Todo esto es muy extraño. Hablo muy bajito, casi susurrando para no tener testigos. Conocí un nuevo lugar. Fue como atravezar el ropero, como cruzar el espejo. Solo e indiscutiblemente estaba ahí, con sus selvas de preguntas y sus manantiales de respuestas. Con un cielo claro, con un mar inmenso. Si, tú, lugar ajeno a mis descubrmientos... Ahora pienso... Cómo se habría sentido el descubridor del continente? El investigador que descubrió la tumba de Tutankamón... Es algo diferente. Descubro un lugar tan sólo cubierto con sábanas transparentes... pareciera que paciente esperaba una llegada... En ese entonces pisé tierra, la tierra de sus montañas... Con toda la musedad de ser Euterpe.

VIAJE A LA CAVERNA 2