allá...

Pinta mandalas en el piso frío.

- qué le va hacer daño levanta a esa niña de ahí-

las voces lejanas de un arbol sabio.

Pero está tan tranquila escuchando el mar del piso.

Su índice escribe mensajes para el subterráneo,

su oído se pega hasta convertise en un hueco de piso.

un botón humano pegado al piso.

- qué escuchas hija?

Quién te habla desde allá? desde tan lejos...-

- allá- su voz difuminada con una mirada prendida del pensamiento.

- allá...-

letras?

corazones?

puntos?

no,

son pequeños mandalas que le obsequia a esta tierra de videntes.

pero ella es táctil y escucha el silencio de lo profundo.

- qué escuchas hija?

qué te cuentan? -

- allá...-

horas, hace horas que mantiene comunicación,

se queda dormida.

despierta,

y en un apíce despierta,

llena de flores amarillas que desde el infinito le han llegado.

Dibuja con el índice en el piso.

Con toda la musedad de ser Euterpe.

el mundo de la mermelada

Siempre sucede lo mismo. La vieja sensacion de sequia, otra vez. Algo tan conocido no deberia de resultarme extrano, y sin embargo, cada nueva vez, me sorprende como un ladron detras de la puerta. Absurdo, de mi parte, tropezarme con la misma piedra en el camino, juegos y apuestas del corazon. Toma todo, Pierde todo. El mundo tactil y sus abstracciones. Mi apreciacion surrealista del amor. Sin querer mas de lo mismo, seguimos con la historia, en el mundo de la mermelada, un clavado a una alberca de pelotas. Con toda la musedad de ser Euterpe.

Caricatura de mi

Con toda la musedad de ser Euterpe.