Mi nuevo amor...

DIEGO ANDRE Con toda la musedad de ser Euterpe.

The white rabbit...

Tengo que aceptarlo, si, definitivamente me stoy convirtiendo en un personaje literario, o mas aun, metamorfoseando, si usted es uno de esos extranos seres que me conoce, estara deacuerdo... vamos a ver... si quitara mi presente y todo este rollo de la transformacion tal vez llegara a ser un guerrero idealista, o una geisha 'putisima' mmm no, no lo creo, o si, ya se, podria encarnar la sencillez de ese escarabajo en que se trasformo una manana Gregorio Samsa... tal vez, en definitiva no seria Jean Baptiste Grenouille ni de chiste, mi nirvana no es vislumbrado todavia, ni Fausto, ni Asterion, ni Oliveira... simplemente un cronopio o La Maga, usted que cree...?

Lo que me tiene sorprendida es mi extrana relacion con el tiempo, y vaya relacion, somos como dos bolas de nieve derritiendose una a otra en un barquillo, que estupidez, pero es verdad, nuestra hilarante relacion data desde todos los tiempos, somos como el agua y la sal, necesarias, pero la falta o la ausencia, estropean cualquier manjar; en fin, el tiempo se ha convertido en mi, en una especie de segunda piel, he de confesar que solo hasta hoy lo he admitido por miedo al reproche de mi misma, la antigua, la anterior a este aquelarre con el tiempo; siempre he sabido de la incopatibilidad entre esos dos, pero si esa otra, la anterior yo, supiera que la incopatibilidad permanece y mas presente cada vez, seria una excelente noticia para reconciliar las fuerzas de antano con las que ahora perecen, en fin, las actividades de hoy me remontan al momento en donde mi piel se transforma, le salen pelillos blancos por toda su extencion y mi transito por la tierra se hace cada vez mas rapido, a mi cabeza le brotan un par de orejas nuevas, en el mismo lugar de las anteriores, esas pequenas que ya conocen, pero las nuevas son largas, grandes, puedo sentir el viento con ellas... mis pies tambien crecen y se hacen patas, largas patas blancas, me voy encorvando poco a poco hasta tocar con mi nariz el suelo. Lo ven, me he convertido en otro conejo blanco al que le pisa los talones el senor tiempo... Con toda la musedad de ser Euterpe.