lunes, febrero 22, 2010

Cosas remediables.

Siempre lo supe. Siendo sincera, lo sabía desde el instante que empecé a negarlo, pero siempre existe ese fatal impulso de darle una oportunidad a la esperanza, esperanza de olvidarte y cambiar de página. Así me persiguieron tus amigos, tus letras, saludos, preguntas y hasta tú, quise negarme. Quise mentir y decir que no importaba nada, que alguien más ocuparía tu lugar, titubeando lo decía, titubeando. Sin estar segura lo hacía, esperando consuelo lo hacía, intentando borrante de mi vida, de mi pasado, de mi historia, de mis manos, mira que lo intentaba... con todas mis fuerza lo intentaba, pero tu nombre se aferraba a mis ropas, pero tu anhelo me seguía a todas horas, estabas ahí y tragaba saliva para no voltear a verte, para no correr y apretarte, para no embarrar mi mejilla a la tuya, para no llorar por tener que renunciar a tus manos, a tu rostro, a tus palabras, a tu amor, incondicional amor. Puede que nadie lo entienda, me basta con entenderlo yo. Nunca encontraré a nadie que ocupe tu lugar, ninguna otra bailará conmigo en media plaza de la prepa bajo los ojos espectantes de muchachos inconformes, ninguna otra intercambiará palabras descalza con un micrófono que da descargas por dos horas, ninguna otra escribirá de mi lo que tú conoces, eso, lo sé, tú también. Lo intenté, años sin tregua lo intenté, gasté energia, guardé rencor y un coraje que no me ha dejado verte, hablarte, un enojo terrible que me ha envenenado el alma, me ha aletargado el cerebro, me ha bloqueado las manos y me ha dejado las hojas en blanco. No puedo seguir así, extrañándote estupidamente extrañándote, sin saber a ciencia cierta porqué no estamos escribiendo, creando, publicando, cuando nuestro sueño era ese... Deliberadamente necesito esa paz que sólo tu puedes darme. Sólo tú sabes de qué hablo. Sólo tú. Con toda la musedad de ser Euterpe.

VIAJE A LA CAVERNA 2