Si pudiera besarme la panza todo el día,
lo haría,
pero como ahora, la flexibilidad brilla por su ausencia,
lo que compensa esos besos perdidos entre mis labios y mi panza,
son las caricias que salen al rescate,
y surgen de ambas palmas,
recorren tus movimientos,
tocan cada vibra que Tú alcanzas...
Con toda la musedad de ser, TON MERE...
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