miércoles, mayo 24, 2006

¨de sacarle una hipótesis¨

Érase un cronopio grandote, que jugaba a armar preguntas. Luego las invocaba y reía. Era una dulce tortura –tortura de mentira– darse cuenta cada día de que el manicomio no era para él en absoluto. Pero en fin, lo disfrutaba. Era un rato de reír, como cuando rió frente al espejo con el pomo de dentífrico entre las manos. Le gustaba, mientas inventaba conjuros, imaginar lo que haría la gente que los recitara paso por paso. Entre humo de cigarrillos, chirridos bronce y olor a mate, le daba vueltas a las muecas de sorpresa o de reverente admiración, que esculpía buen adivinador en las caras que imaginaba. Algunas, las más compungidas, miraban el techo o dejaban que las páginas hicieran “plof” en su frecuencia natural. También, las mismas, salían a pasear famas, muy famas, como si el conjuro fuera ficticio-biodegradable. Era así la cosa. Después, escribía sus conjuros, para magias que no eran de él, ejecutables sólo sobre desconocidos; y a ratos volvía a reír. Pensaba (y ahí se fascinaba) en la posibilidad de ser descubierto. Que tanta magia se desmagicara de repente y se iluminara toda su realidad de cinco minutos de cigarrillo por la tarde. O aún peor: que fuera tiernamente ignorado y que un par de preguntas que no iba a hacerse se las hiciera alguien más; le picaba especialmente porque él no se las habría hecho, eran caminos que no habría trazado. Su bosque era frágil y lo sabía perfectamente. Desde una nube, el Cazador de Palabras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hope you don't mind.
From time to time I make a little stop here since I guess you wouldn't let me go any further.
The truth is that this isn't really helpful for my healing but I can´t help loving this shit.
Hope you don't mind.

VIAJE A LA CAVERNA 2