Los mejores y más grandes amores son como los cánceres,
a un@ le crecen desde dentro del cuerpo
y hacen su morada en nuestras entrañas.
Para extinguirlos, hay que matarlos y morir con ellos,
de lo contrario,
sólo se secan, pero, no mueren totalmente
porque dejan en la memoria,
la cicatriz del hueco de su cuerpo.
Con toda la musedad de ser, Euterpe.
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes...Y sin embargo era apenas el principio.Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
lunes, mayo 09, 2005
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