Ton mere.
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes...Y sin embargo era apenas el principio.Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
miércoles, marzo 15, 2006
Nosotros...
caminamos sobre el mismo anden,
por la misma orilla de un puerto intacto.
Comes porque te alimento,
me alimentasde tantas maneras.
Somos uno por el otro,
no hay explicacion mas simple
para tanta grandeza.
Tu me reiteras
calificas mi esencia,
yo te conservo entre mis manos
como un tesoro,
como un regalo.
Somos el uno para el otro.
Tu llanto no conoce otros brazos,
mi tacto no cede ante otra piel,
caemos en el mismo sueno,
unidos,
cogidos de la mano,
palticando por ombligos.
Nosotros, los duenos de tanta palabra no pronunciada,
que se cuela por las corrientes tan profundas,
pero tan ajenas, que llevan los fonemas
de nuestro codigo secreto.
Se llama amor.
El tuyo.
El mio.
El nuestro.
Crecemos invariablemente,
dia a dia,
segundo a segundo,
navegando entre tantas lagrimas
para encontrarnos en nuestro puerto.
Mi amor, cuanto te quiero!
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2 comentarios:
El ciruelo de mi cabaña,
no pudo evitarlo,
floreció.
;) saludos
ese poema no es mío, claro. Es de Issa Kobayashi. ;)
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