jueves, diciembre 01, 2005

" No tengo ninguna razón para hacerlo, pero tampoco ninguna para no hacerlo"

Son las diez de la mañana, voy camino al café de la mujer francesa que sirve los mejores panes de dátil; el tiempo es gris, hay nubes por arriba de las puntas de los altos edificios que se aguantan el llanto, se ponen moradas, grises, azules... yo me deshago del trabajo en la oficina con una excusa llana y simple. Tengo hambre. Voy a desayunar.
Hoy no me desperté con sueño, es más, raramente lo hago, mi vida es tan plana, tan directa como una línea recta, el mismo horario, trayecto, desayuno, trabajo, escritorio, nombre, comida, perro y cena; todo por aquí nunca cambia, he pensado seriamente en buscar el momento en que dejé de cambiar, de evolucionar, pero cuando empiezo a buscar, parece que me zambullera en un inmenso baúl saturado de viejos artículos y malos recuerdos, termino haciendo otra cosa y nunca llego a responderme; por eso sólo leo el periódico, la sección de clasificado con unos guantes para no mancharme, eso es todo, ni mujeres, vicios, drogas, familia, es más, tengo 16 años trabajando en la misma oficina, revisando cuentas, imprimiendo nóminas, checando números y llevando el control de grandes libros de contaduría, trabajo ahí desde que estaba en la universidad, nunca he pedido un cambio de departamento, un aumento, nunca y creo que a estas alturas, no me lo darán, mi trabajo se ha hecho tan insignificante, que de no ser por los días de quincena cuando vienen uno a uno cada trabajador a firmar su cheque, a recibir sus prestaciones, a cobrarme sus vacaciones, nadie se daría cuenta de mi trabajo por aquí; puedo decir que veo a mis compañeros cada quince días y al final de cada año, nada más, mi trabajo es peor que comer un caldo frío.
En mi casa, la situación no cambia, vivía con mi madre hasta hace 9 años que ella murió, estaba muy enferma, yo la cuidé, pero un día nomás se durmió y no despertó, me quedé viviendo en esa casa que esta curada de vecinos, visitantes y otros habitantes, no hay nadie.
Estos panes son los mejores que he probado, creo que hoy que lo he decidido me saben mucho mejor, bastará con una cucharada? o debo vaciar todo el frasco? ahh no importa, el resultado que busco es el mismo. Pediré la cuenta de una vez, para no dejar ni una cuenta sin saldar. Ya está. Comienzo a sentir calor. Dónde caeré, en el elevador? reclinado en la silla del escritorio? no ahí no, tal vez se den cuenta de mí hasta el día de quincena, me daría mucha pena perecer de esa manera, mejor, me quedo aquí, viendo el tránsito citadino y apretado. No, no, que tontería, caminaré despacio entre la gente y cruzando calles, caeré cuando ya no pueda seguir, será cuestión de unos minutos más, seis, quizá diez...
Esto es? Así se siente? Parece mas gris el cielo, más gris la gente.
- Señor se encuentra bien, señor? Una ambulancia! Una ambulancia! - No, no hace falta, de todas formas nunca iba a cruzar el túnel de los tiburones en el acuario.
Con toda la musedad de ser Euterpe.

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VIAJE A LA CAVERNA 2