Mis labios se hunden
en la pequeñez
de tus parpados marrones
en un beso cóncavo
para volver andar
el camino viejo
de un pasado que tiembla
sobre el agua presente
Llegas
cada cierto tiempo
- celestina astral-
para soñar tu piel
y reencontrar
en silencio
el olor de la curva de tu
cuello
ansiosa y etílica
en ciclos atemporales
que no entiendo
Sin avisar
náufragos autónomos
que se presentan
en forma espiral
rumiando bajo mi falda
ruta arteria
El códice de tu mirada
que no se extingue
y el verbo de tu boca
que florece
sin palabras
son refugio
del alma mía
que te alberga en secreto
dentro de un corazón
ya sin puertas ni ventanas
Con toda la musedad de ser Euterpe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario