Sabado 29 de agosto...

agosto, agosto, agosto, el eco retumba en mi cabeza, lejano parece a punto de extinguirse sin poder evitarlo, cae en un hoyo negro, profundo e indecifrable, la gravedad hace su chamba y el caer se vuelve infinito, hace horas he deseado la suspencion en este espacio oscuro y sin destino fijo. Los minutos transcurren pero hechos una bendicion, lo hacen lentamente, como si se trataran de horas. Me he percatado de la desarticulacion de mis miembros, por fin he logrado ser una marioneta, moverme por efecto palanca donde oscila cada pieza, el caer es inevitable y la mirada pierde el punto de luz del inicio, la oscuridad se ha hecho plenamente, de pronto: - Tenemos signos, presion arterial en aumento... Como efecto contrarestante, una luz poderosamente blanca me ciega y manos impares recorren mi cuerpo. Un tintinar del famoso sonido de vida en un monitor declara que no he muerto. Y pensar que la hermosa caida era una probadita de cielo. Con toda la musedad de ser Euterpe.