Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes...Y sin embargo era apenas el principio.Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
jueves, agosto 23, 2007
el mundo de la mermelada
Siempre sucede lo mismo.
La vieja sensacion de sequia, otra vez.
Algo tan conocido no deberia de resultarme extrano, y sin embargo, cada nueva vez, me sorprende como un ladron detras de la puerta.
Absurdo, de mi parte, tropezarme con la misma piedra en el camino, juegos y apuestas del corazon.
Toma todo, Pierde todo. El mundo tactil y sus abstracciones. Mi apreciacion surrealista del amor. Sin querer mas de lo mismo, seguimos con la historia, en el mundo de la mermelada, un clavado a una alberca de pelotas.
Con toda la musedad de ser Euterpe.
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