
Verte desde ahora... en un abrazo diario, sin interrupci�n, sin inconvenientes... s�lo tu y yo.
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes...Y sin embargo era apenas el principio.Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
1 comentario:
¡Qué linda foto!
¡Y qué dulzura!
Madre ... Si, esa es la palabra.
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