Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes...Y sin embargo era apenas el principio.Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
martes, febrero 22, 2005
Tú...
a ti que sólo tú sabes a quien dedico mis suspiros.
a ti, que presa eres desde entonces de mi mente,
todos mis pendientes.
Que me desmañanas, que me robas el alma.
Ajeno a todos los deberes te estacionas en mí
y me abandonas cuando segura estoy de ti.
A ti que saboreas de mis mismos placeres,
que repetimos y repetimos sin poder hayar el ensayo final;
A ti que reiteras el amor y el hastío,
que te fijas, que te embarras, que esperas,
creces y desvaneces...
A ti, ojos claros y semblante alto.
A ti, mitad hombre y mitad yo.
Complexión exacta al abrazo de mi cuerpo,
tú que llenas todos mis huecos.
A ti que sabes cuánto me gusta el mar,
el café, el azul y Amar.
A ti, que sabes donde estoy y no te puedo encontrar...
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