Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes...Y sin embargo era apenas el principio.Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
martes, abril 25, 2006
No lo entiendes hasta que lo tocas...
Un movimiento pequeño,
casi minúsculo,
no lo entiendes hasta que lo tocas,
una rodilla,
un brazo,
un pequeño pie de cinco centímetros
que patea con la fuerza de un titán
atrapado en un cristal.
Una manita se abre y cierra
como florecita en primavera.
Un par de ojos que navegan como perlas
bajo el mar de mis deseos.
Un día...
dos,
tres...
Transcurren los segundos en un reloj de tiempo indefinido.
El latido mismo
cabalgando al unísono de una respiración prematura,
pequeña,
hecha de puros suspiros que fraguan deseos futuros,
Tú mi niña, tú...
Con toda la musedad de ser Euterpe.
viernes, abril 07, 2006
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